lunes, 30 de diciembre de 2019

jueves, 14 de noviembre de 2019

miércoles, 13 de noviembre de 2019

6 consejos para prevenir los catarros del otoño en niños

  En otoño, como consecuencia del descenso de las temperatuas, es cuando mayor incidencia de los virus de la gripe y el resfriado hay, especialmente entre los más pequeños. Es difícil que no se vean afectados por algún que otro catarro durante el año, pero se pueden tomar una serie de medidas para evitar o minimizar el contagio en este periodo.
 En cualquier estación del año es posible contagiarse de una gripe o un catarro, pero el clima otoñal es más propicio para la propagación de los virus.  Los ambientes más fríos favorecen su supervivencia, por lo que ya sea mediante su dispersión en el aire o por contacto, el contagio es más fácil en este periodo que en otros más cálidos. Además, la convivencia durante muchas horas en espacios cerrados también favorece las infecciones. Para evitarlas se recomienda seguir estos consejos:
  1. Lavarse bien las manos
 Se trata de una medida básica de higiene, pero conviene recordarla ya que suele olvidarse. Es importante habituarles a que lo hagan varias veces al día, especialmente antes de comer. Con las manos se tocan y cogen objetos, se pone la mano cuando se estornuda o se tose…Son muchos los gérmenes que entran en contacto con ellas, por eso conviene llevar una correcta higiene.
  1. Llevar pañuelos desechables
 Es común taparse la boca con la mano al estornudar o toser para no esparcir los virus, pero es más útil y seguro hacerlo con pañuelos desechables. Si se les acostumbra a hacerlo, se evitará que se manchen las manos y se expandan los virus al tocarse los ojos o la boca, por ejemplo.
  1. Ventilar las habitaciones con más frecuencia
 Es posible que los niños, aunque no estén enfermos, posean ya cierta carga vírica, pero no la suficiente para presentar síntomas. Para evitar que esta aumente y se presente ya un catarro como tal, se recomienda ventilar más a menudo su habitación para que los virus se disipen.
  1. Lavar la ropa de cama más a menudo
 Al igual que con las habitaciones, las sábanas, edredones y almohadas aglutinan los virus que se expulsan durante el sueño y pueden sobrevivir varios días a una temperatura normal. Para evitar que esta carga vírica aumente en el organismo del niño, es recomendable cambiarlas entre 2 y 3 veces por semana.
  1. No medicarles con antibióticos
 La mayoría de estas infecciones es a causa de virus, salvo excepciones más graves, y cae recordar que los antibióticos se emplean para combatir a las bacterias. Tomar este tipo de fármacos contra gripes y catarros aumenta la resistencia bacteriana y, en ocasiones, resulta contraproducente ya que pueden alterar la flora intestinal y favorecer la acción de los virus. Los medicamentos que se recomiendan para aliviar síntomas como la tos o la congestión, son analgésicos o antiinflamatorios.
  1. Evitar las situaciones de estrés
 Las situaciones de estrés pasan factura al sistema inmunitario y pueden dejarlo más vulnerable ante los virus que circulan en el ambiente. En estas fechas en las que los niños están aclimatándose de nuevo a los deberes, exámenes o actividades extraescolares, pueden sentirse un poco agobiados. La comunicación es básica para conocer cómo está llevando el menor la vuelta a todas las rutinas y asegurarse de que la carga de trabajo o de actividades no es excesiva.


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viernes, 2 de agosto de 2019

VERANO MARINO













DEJA QUE TUS HIJOS SE ABURRAN

   Aburrirse es un arte que los niños tienen que aprender a base de experimentar cómo gestionar su tiempo en blanco desde el libre albedrío. Es como aprender la manera en que se enfrenta a la hoja en blanco un escritor o al lienzo vacío un pintor.

El arte de no hacer nada parece proscrito en la sociedad de la acción para obtener resultados. Esto se refleja en los niños que no saben aburrirse porque están sobre estimulados con actividades extraescolares en su tiempo libre o con planes que llenan su ocio sin dejar ni un hueco para, simplemente, no hacer nada. “¿Por qué el empeño del adulto para que los niños estén ocupados todo el tiempo? ¿Por qué se les llevan un sinfín de juguetes para pasar la tarde fuera? Hay muchos motivos para apuntar a los chicos a extraescolares, uno de ellos es abarcar la tarde para que no se aburran. Igual que se llena una mochila de juegos y muñequitos para que la criatura no se aburra si se va a pasar la tarde fuera. Quizá, con esto lo que conseguimos es no dar espacio a la creatividad en el juego. En muchas ocasiones, es necesario que los niños se aburran para buscar la forma de que no ocurra y así crear nuevos espacios y actividades. Si se les da todo hecho ¿para qué se van a molestar?, no ven la necesidad”, comenta Cristina de la Rosa Tineo, psicóloga, psicoterapeuta y miembro del centro Nudos.
Grandes ideas e inventos se han forjado bajo el paraguas de la vida contemplativa. “¿Y si el niño se aburre?, ¿qué pasa? A veces tienes la impresión de que no se concibe que un niño se aburra, cuando en realidad no ocurre nada si eso sucede. Se trata de una oportunidad para fomentar la creatividad. No la menospreciemos, es una cualidad muy positiva a la hora de manejarse en el mundo. La creatividad puede ayudar a ser más observador, más comunicativo y resolutivo. Al final, el proceso creativo no deja de ser actividad mental”, explica la psicóloga.
La sobre estimulación de los niños con pantallas, móviles, videojuegos y ordenadores no deja espacio a algo tan importante como la gestión del aburrimiento o del tiempo en blanco para no hacer nada. “Los niños son un sujeto pasivo con este tipo de juegos, no tienen que imaginar ni crear nada. Es importante aprender a aburrirse, porque vivimos en la sociedad del hacer y de estar constantemente entretenido o inmerso en algo. Cultivamos muy poco el estar y ser, que es fundamental. Muchas veces, hacemos continuamente cosas sin parar, para no encontrarnos con nosotros mismos. No sabemos estar solos, quietos, parados. Puede ser un intento de llenar un vacío y evitar entrar en contacto con los propios sentimientos y con lo que nos pasa. Si lo aprendemos desde niños, será mejor, porque de adultos ya lo tendremos integrado”, aconseja Carla Valverde, psicóloga clínica infantil y juvenil del Centro de Salud Mental de Alcobendas.
Las largas vacaciones de verano son la época por excelencia para la desidia y el descanso, así se convierten en un buen momento para tener la hoja en blanco de la agenda y poder rellenarla de forma creativa, incluso sin hacer nada. No obstante, si se quiere ayudar a los niños a gestionar su tiempo libre, se pueden plantear “alternativas de juego sencillas, como la petanca, la rayuela o pasear por el campo observando la naturaleza para descubrir detalles, aspectos o matices que en otras ocasiones se nos escapan por la prisa o la falta de tiempo contemplativo. De esta manera, se enseña a los niños a disfrutar de las pequeñas cosas”, explica la psicóloga Carla Valverde, que ofrece varias pautas a los progenitores para despertar la creatividad e imaginación de los niños a la hora de gestionar su tiempo libre. “Darles cosas como folios en blanco, arcilla o incluso objetos cotidianos, como un calcetín, que se convierta en cosas tan divertidas como una marioneta o una caja de cartón que pueda ser una cabaña. Se trata de una forma de hacerles entender el potencial que tienen los objetos que nos rodean. También recomiendo las actividades de meditación para niños con el fin de que aprendan a estar aquí y ahora, para ello un libro que aconsejo es Tranquilos y atentos como una rana, de Eline Snel, para que los niños sepan estar consigo mismos y aprendan a parar y tomar conciencia de sus emociones. Se trata de estar en el mundo sin entrar en la rueda de la sobre estimulación del correr y el hacer continuamente”, aconseja Carla Valverde.
elpais.com

viernes, 19 de julio de 2019

Los 11 juegos para la piscina más divertidos y populares entre los niños



Lo más normal es que los niños se diviertan en la piscina. Alguno podrían pasar allí horas y horas sin parar. La razón es que además de refrescarse, es un lugar inagotable de diversión y juegos con los que además pueden compartir un rato con otros niños y mejorar sus habilidades sociales. 
Te ofrecemos una lista con 11 juegos de piscina muy populares para los niños. Muchos de ellos ya los conocerás. Otros tal vez resulten un auténtico y maravilloso descubrimiento:
  1. Concurso de saltos. Un clásico entre los clásicos, el concurso de saltos. Siempre con precaución, evitando saltos arriesgados hacia atrás y saltos próximos al bordillo, el concurso de saltos puede resultar motivador y muy divertido. Puedes pedir a tu hijo que salte de diferentes formas. Por ejemplo: 'salta con los brazos juntos', 'salta con las piernas abiertas', 'salto de bailarina', 'salto de colibrí'... Después, debes puntuar cada uno de los saltos. Evidentemente, siempre será más divertido si en el juego participan varios niños.
  2. Marco Polo. Todos los participantes deben de estar dentro del agua. El que 'se la liga' tendrá los ojos cerrados. El resto de niños, deben colocarse alrededor de él. El niño que 'se la liga' debe decir 'Marco'. El resto de participantes contestarán 'Polo', desde el lugar en donde están. Si se mueven, deben decir constantemente 'Polo'. El niño que persigue al resto de compañeros con los ojos cerrados, se guiará por la voz, así que tendrá que repetir constantemente 'Marco' para que el resto conteste 'Polo' y así localizarles según se van moviendo. El niño que persigue al resto puede bucear para ir más rápido. El resto, no. Solo podrán moverse andando o nadando.
  3. La búsqueda del tesoro. Este juego es ideal para niños a los que les gusta mucho bucear. Y si lo haces en la zona que no cubre, podrán participar también los niños más pequeños. Los niños deben de estar todos en el agua. Debes tirar algo que se hunda al agua y que sea vistoso o brille: un aro de colores, una moneda grande o algún objeto brillante. Los participantes deberán cerrar los ojos en el momento en el que tiras el 'tesoro' y buscarlo, ya con los ojos abiertos y buceando, cuando digas 'Ya'. Los niños, evidentemente, deberán ir con gafas de buceo.
  4. El balón prisionero. Se juega con una pelota de piscina, blandita. Deben participar al menos tres niños (pueden jugar muchos más). Dos de los niños se colocarán uno enfrente del otro, dejando bastante espacio entre ellos, y el resto de niños participantes, estarán en ese espacio, entre los otros dos niños. El juego consiste en intentar dar con la pelota a los 'prisioneros' que están en la zona que separa a un niño del otro. Según vayan dando con la pelota a un niño, será eliminado. Ganará el último niño quede. En el caso de que solo participen tres niños, en cuanto alguno de los niños que lanza la pelota de al niño que intenta esquivarla, se cambiará por él. El que le ha dado se colocará en la zona de prisioneros y el prisionero en la zona de lanzador. 
  5. Waterpolo. Puede practicarse en la zona donde no cubre para que se cansen menos. Es un deporte similar al balonmano pero en el agua. Existirán dos porterías (pueden ser imaginarias) y dos o más jugadores que tendrán que intentar meter gol con una pelota pequeña y disparando con la mano.
  6. Corre que te pillo. Es un juego similar al 'pilla-pilla' pero en el agua, es decir, que un niño tendrá que perseguir al resto y atraparles. Para ello podrá andar o nadar. 
  7. Tiburón. Muy parecido al ´pilla pilla´, con el extra añadido de que el que persigue al resto de niños es un 'tiburón', y podrá dar un pequeño pellizco o hacer que muerde de mentira al atrapar a uno de los niños que intentan escapar de sus fauces. El niño que hace de tiburón solo podrá desplazarse nadando.
  8. Natación sincronizada. Consiste en hacer movimientos de baile dentro del agua. Si participan muchos niños será más divertido, ya que todos deben imitar el movimiento que propongas tú o alguno de los niños que participan de la coreografía. 
  9. El puente. Es un juego para la zona de la piscina donde no cubre. Uno de los niños será el 'puente' y debe ser como una estatua. Deberá permanecer quieto y con las piernas abiertas para que el resto de niños pasen buceando por debajo. Esto mismo también puede hacerse con un aro. ¡¡Así probarán su habilidad!!
  10. Nadar como los animales. Tu hijo descubrirá mucho acerca de los animales intentando imitar su forma de nadar. Propón a tu hijo una serie de animales y pídele que nade como ellos. Por ejemplo... 'Nada como un delfín', 'nada como un perrito'...
  11. Adivina qué canción es. El juego es sencillo y divertido. Pueden participar dos niños o más. Uno de ellos debe cantar una canción... ¡pero debajo del agua! El resto de participantes, buceando, deben adivinar de qué canción se trata.



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