Una plaga en verano
La medusa de la especie pelagia noctiluca es la más abundante en las playas españolas. Es de reducido tamaño y forma de seta, muy poco visible por su color casi transparente y ligeramente rosado. El veneno que hay en las células urtificantes de sus tentáculos es su mejor forma de defensa.
Las picaduras de las medusas suelen producirse tras un contacto accidental y la reacción al veneno es, casi siempre, tóxica, y muy pocas veces, alérgica, aunque algunas de sus manifestaciones clínicas más graves –urticaria aguda o dificultad respiratoria– pueden ser muy similares a las de la alergia.
Los síntomas más habituales –el dolor, el picor intenso y la hinchazón- se producen inmediatamente después de la exposición a la medusa y duran entre 3 y 4 días.
Su gravedad depende de diversos factores, entre ellos, la salud y la edad de la persona que ha sufrido la picadura. Por eso, ante una misma cantidad de veneno, la reacción de los niños –con menos masa corporal– es más grave, sobre todo si tienen alguna patología atópica, como asma, rinitis alérgica o dermatitis atópica.
Procura no tocar los tentáculos o fragmentos de medusas que la marea arrastra y que pueden quedar en la arena. Parece que estén muertos, pero el veneno contenido en ellas no se inactiva hasta pasadas 24 horas de exposición al sol. Actualmente, ya existe en el mercado algún producto repelente de medusas y protectores solares con filtros anti medusas que, aplicado sobre la piel, pueden prevenir sus picaduras, si bien algunos especialistas creen que no hay suficiente evidencia científica de su eficacia.
Alivio para el dolor
Si a tu pequeño le pica una medusa, no frotes la zona afectada con toallas u otras prendas para evitar que penetre más veneno. Retira de la piel, con pinzas, los restos de los tentáculos y lava la herida con agua salada. No uses agua dulce, ya que destruye las células de la medusa adheridas a la piel y aumenta la cantidad de toxina inyectada en la superficie cutánea.
Después aplica un algodón empapado en agua con amoniaco, una solución de calamina o simplemente un cubito de hielo envuelto en un paño sobre la piel durante unos 15 minutos y acude al puesto de emergencia más cercano. Es posible que el médico decida administrar a tu hijo un antihistamínico de acción rápida y le prescriba analgésicos y antihistamínicos de segunda generación para tomar, al menos durante 2 o 3 días. No olvides aplicar un antiséptico varias veces al día para evitar la infección de la herida
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