Los bebés lloran. No hay manera de evitarlo; es una de las pocas formas que tienen de comunicarse. Dado que tu bebé no puede expresarse con palabras, tal vez te preocupes y te preguntes: "¿Cómo puedo saber lo que quiere?". Puede resultarte difícil al comienzo, pero gran parte de la crianza de los hijos se basa en probar y equivocarse, y pronto aprenderás a adivinar sus necesidades, leer sus señales de aviso y secar sus lágrimas. Incluimos las razones más comunes por las que lloran los bebés. Si tu pequeño está llorando, consulta la siguiente lista y seguramente encontrarás algo que lo alivie.
( Escrito por el equipo editorial de BabyCenter )
- ¿Cómo puedo saber por qué está llorando mi bebé?
Tiene hambre
Una vez que aprendas a reconocer las señales de que tu bebé tiene hambre — está inquieto, hace ruidos y busca tus pechos si lo alzas — lograrás darle de comer antes de que comience a llorar. Hasta entonces, comprobar si tiene hambre es lo primero que debes hacer cuando llore. Darle de comer podría no calmarlo de inmediato pero déjalo que coma si es que tiene ganas. Dejará de llorar una vez que su estómago esté lleno.
Necesita que le cambies el pañal
Algunos bebés hacen notar de inmediato cuando necesitan que les cambien el pañal. Otros no se sienten molestos cuando su pañal está sucio; les resulta cálido y confortable. (Los padres se suelen sorprender cuando alzan a su bebé y se dan cuenta de que ha estado con el pañal sucio sin quejarse.) De cualquier forma, esto es fácil de observar y sencillo de solucionar.
Tiene demasiado frío o demasiado calor
A los recién nacidos les gusta estar abrigados y calentitos. (Como regla general, necesitan tener una prenda de abrigo más que tú necesitas para sentirte cómoda.) Por eso cuando tu bebé sienta frío, por ejemplo, cuando le quites la ropa para cambiarlo, te expresará a través del llanto que se siente incómodo. Aprenderás cómo cambiarle rápido los pañales y volver a vestirlo. Ten cuidado de no abrigarlo en exceso, ya que es menos probable que se queje de tener demasiado calor que de tener demasiado frío y tampoco llorará de manera tan enérgica.
Quiere que lo tengas en brazos
Los bebés necesitan muchos cariños. Les gusta ver las caras de sus padres, escuchar sus voces y sentir sus latidos, y pueden incluso detectar su olor particular (¡especialmente el de la leche de mamá!). Después de darles de comer, hacerlos eructar y cambiarles el pañal, muchos bebés necesitan tan sólo que los alcen. Quizás te preguntes si lo estás "malcriando" teniéndolo en tus brazos tanto tiempo, pero durante los primeros meses de vida es totalmente aceptable. Los bebés suelen diferenciarse mucho en el tiempo que desean estar en brazos. Algunos exigen mucha atención mientras otros pueden pasarse largos periodos de tiempo entreteniéndose solos. Si a tu bebé le gusta que le presten atención, álzalo, llévalo en una mochila delantera portabebés o en un rebozo o tenlo a tu lado.
No puede más de cansancio
Si bien por lo general los recién nacidos necesitan mucha atención, puede fácilmente ocurrir que reciban demasiados estímulos y tengan una crisis. Tal vez notes que tu bebé llora más de lo habitual después de pasar unas vacaciones con muchos miembros de la familia que lo mimaron, o tiene periodos al final del día en los que parece llorar sin ningún motivo. Los recién nacidos tienen dificultad para procesar toda la estimulación que reciben — las luces, el ruido, el ser pasado de mano en mano — y pueden sentirse abrumados cuando hay demasiada actividad. El llanto es su forma de expresar que "ya ha sido suficiente por hoy". Esto por lo general sucede cuando tu bebé está cansado. Llévalo a algún lugar tranquilo, consuélalo miesntras se desahoga por un rato y luego intenta hacerlo dormir.
No se siente bien
Si acabas de alimentar a tu bebé y de cerciorarte de que está cómodo (puede que esté incómodo por algo tan ínfimo como un cabello enredado en el dedo del pie o por una etiqueta de la ropa que lo esté molestando) pero todavía sigue llorando, procede a tomarle la temperatura para estar segura de que no está enfermo. El llanto de un bebé enfermo suele diferenciarse del llanto de un bebé que tiene hambre o no puede hacerse entender, y pronto aprenderás a diferenciar cuándo el llanto de tu bebé "no suena bien" y necesita que lo lleves al médico.
Nada de lo mencionado arriba
Algunas veces es posible que no puedas entender qué le está ocurriendo a tu bebé. Muchos recién nacidos atraviesan periodos de nerviosismo durante los cuales no logran calmarse fácilmente. Estos periodos pueden durar desde unos minutos de llanto hasta transformarse en un auténtico cólico. Cólico es el término que se utiliza para explicar el llanto inconsolable de un bebé durante por lo menos tres horas durante el día y como mínimo tres días a la semana. Aun si tu bebé no llorase durante todo este tiempo, estos episodios pueden ser difíciles para ti. Cuando nada te dé resultado, prueba con los siguientes consejos prácticos.
- No puedo entender por qué está llorando. ¿Qué debería hacer?
Envuélvelo y acurrúcalo
A los recién nacidos les gusta sentirse tan abrigados y protegidos como lo estaban en el útero, por eso intenta envolver a tu bebé con una cobijita, tenerlo junto a ti en la mochila delantera o sostenerlo contra tu hombro. Pero ten presente que algunos bebés sienten que sus movimientos se vuelven muy restringidos cuando los envuelves o alzas y responden mejor a otras maneras de calmarlo, tales como un movimiento rítmico o un chupón (chupete).
Deja que escuche sonidos rítmicos
Los bebés están acostumbrados al sonido de los latidos del corazón de la madre; por eso a tu pequeño le encanta que lo pongas contra tu pecho. También puedes hacerlo escuchar música suave, cantarle una canción de cuna o incluso ponerlo cerca del sonido rítmico de un ventilador eléctrico o el ruido de fondo de una aspiradora.
Ponlo en movimiento
Algunas veces el simple movimiento de llevar a tu bebé de un sitio a otro será suficiente para calmarlo. Otras veces, puede ser útil que lo muevas acompasadamente en una mecedora o un columpio, lo coloques en su sillita vibradora o lo pongas en su sillita para el auto encima de la secadora mientras esté encendida (las vibraciones de la secadora pueden hacer que su asiento se mueva lo suficiente como para caerse, por eso, ¡asegúrate de permanecer a su lado mientras lo estés haciendo!). También podrías sacarlo a dar vueltas en su carreola (cochecito), o llevarlo a dar un paseo en auto.
Dale masajes
A la mayoría de los bebés les encanta que los toquen, de manera que un masaje podría ser lo que tu bebé necesita para calmarse. No te preocupes si no conoces los movimientos perfectos; mientras que sean suaves y lentos, deberían reconfortarlo. Además, trata de frotarle la espalda o su pancita. Esto lo aliviará si es que está teniendo dolores producidos por gases; éste suele ser el problema en algunos bebés con cólicos.
Déjalo succionar algo
Incluso cuando no tenga hambre, succionar algo puede hacer estabilizar el ritmo cardiaco de un bebé, relajar su estómago y calmar sus agitados brazos y piernas. Ofrécele un chupón o un dedo para que chupe y déjalo que se tranquilice.
Cuídate tú misma
Si bien nunca se murió un bebé de tanto llorar, una criatura que llora puede resultar muy estresante para los nuevos padres. Estás permanentemente privada de dormir y tal vez ya tengas inseguridades acerca de cómo cuidar a este bebé. Las mamás deben lidiar con una mezcla de emociones a causa de los cambios hormonales que están atravesando. El papá quizás no esté seguro del rol que debería cumplir para cuidar al recién nacido o de si alguna vez recuperará la atención de la mamá nuevamente. Si a este escenario se añade un bebé llorando, es normal que muchos padres se sientan abrumados o frustrados.
Si las necesidades de tu bebé ya han sido satisfechas y has tratado de calmarlo pero todavía sigue llorando, es momento de que te ocupes de ti misma para que no te exasperes demasiado:
• Pon a tu bebé en un lugar seguro, como su cuna, y déjalo llorar unos minutos.
• Llama a una amiga o familiar y pídele consejo.
• Tómate un tiempo de descanso y pídele a alguien que lo cuide un rato.
• Escucha música tranquila para distraerte.
• Respira hondo varias veces.
• Recuerda que no le pasa nada a tu bebé y que llorar no le hará daño; tal vez simplemente necesite desahogarse.
• Repítete a ti misma: " Esta fase pasará pronto".
• Hagas lo que hagas, no transmitas tu frustración al bebé sacudiéndolo.
Afortunadamente, los bebés (y sus papás) son fuertes y de algún modo logran superar incluso los episodios de llanto más difíciles. No te desanimes y piensa que cuando tu bebé tenga entre 8 y 12 semanas, podrá calmarse más fácilmente y gran parte del llanto cesará.
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